sábado, 20 de junio de 2009

En silencio

Hablar alto, muy alto,
como si no tuviese miedo,
decirte gracias,
y te preguntarás porque,
pero mi voz,
ya se habrá perdido entre el viento,
para siempre y por siempre,
en el tiempo.

Porque los latidos son fugaces,
y las sonrisas, a veces,
queman.

Mañana quizá,
esté cerca, a tu lado,
pero tú, tú no lo sabrás,
no escucharás los silenciados gritos de mi corazón,
pues estos se ahogan,
como naúfrago en su bañera,
como borracho en un un vaso de vino,
y es que aunque las palabras,
aún siendo fugaces, puedan clavarse,
y las miradas, de tanto quemar, derritan,
no es mi intención ni clavarme en tu conciencia, ni derretir tu corazón, tan sólo, y solo eso, liberar el mío.


Alex

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