domingo, 4 de enero de 2009

La despedida

Y esta piel que hoy acarician mis manos,
mañana será de otro,
tus labios recorrerán su cuerpo en la oscuridad,
y no pronunciaran ya más mi nombre…
lejana a mí.

Yo que aun siento el rocío de tus lágrimas sobre mis mejillas
de aquella despedida.
Y mas no puedo hacer que dejar que se me encoja fuerte adentro el corazón.

Porque deseo que me recuerdes y olvides al mismo tiempo.
Te vas y no sabes si volverás, o si volveré.

Mientras tanto,
tú y yo trataremos de coser esos viejos retazos del ayer
para cobijarnos del inminente frío.

Alex

Cúmulo de reflexiones

Si no me sintiera apesadumbrado,
Si este mundo además de girar diese explicaciones, quizá entonces…
quizá entonces todo fuese demasiado aburrido, es probable que a veces merezca más la pena disfrutar de un amanecer que
pensar en porque ya no es ayer.


Vivimos en un mundo que no cesa de girar, un mundo en el que nos perdemos cada uno de nosotros dentro un mar de partículas insignificantes, puedes caminar por la calle y a ciencia cierta sabrás que donde tu has pisado con el pie, miles de personas lo han hecho antes que tú, cada una de ella con sus sueños y en muchos casos creyendo que todo el universo gira a su alrededor.
Cierta expresión dice que “no somos nada”, es muy típico en cualquier funeral.
¿No somos nada? A esa pregunta voy a tratar de responder en esta especie de disertación, cuestión para mi de gran relevancia pues aunque, como la mayoría de los mortales afronto racionalmente, o mejor dicho, funcionalmente, (desde el punto de vista de la supervivencia, ya que para sobrevivir hemos de tener alguna razón, y la razón viene de la racionalidad o de la racionalización), a veces me encuentro en un debate conmigo mismo en que me doy cuenta de que no soy feliz porque estoy seguro de eso, de que no somos nada…
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Clarificación de ideas: Como abordar el significado de la vida. Podemos pensar que el significado de la vida es darle significado, o bien conseguir un trozo de pan que llevarnos a la boca, depende de lo bien que vivamos.

La mayoría de las veces, los problemas a los que nos enfrentamos en las sociedades desarrolladas del primer mundo son problemas nimios magnificados por puro aburrimiento, el sentido de la vida en sí, como antes comentaba es el darle significado día tras día, y probablemente, la única forma que tenemos de conseguir este tan ansiado objetivo es la de resolver problemas.
La existencia, nuestra existencia es como una especie de cuadro demasiado abstracto que nadie sabe porque fue pintado y que tampoco somos capaces de comprender, del cuál parece que podemos intuir muchos comos pero casi ningún porque y que debemos ver todos los días. Los que creen en “Dios”, miran el cuadro y se conforman con pensar que fue Dios quien lo pinto, él y solo él tiene las respuestas para cualquier como y este les será revelado el día de su muerte probablemente, si son lo suficientemente "inteligentes"/curiosos buscarán comos, si no lo son, simplemente se conformarán con mirarlo y luego mirarán a los que son más "inteligentes" para ver que dicen.
Las personas que no podemos creer en nada esencialmente divino, miramos el cuadro y no conseguimos darle sentido a priori porque es demasiado complicado, sabemos que el como es una pregunta sin respuesta y tratamos de conformarnos con “para ques”, si no hayamos “para ques”, entramos en depresión y vivimos con tristeza, también tenemos la opción de mirar el cuadro, entornar la vista y darle un sentido, el que nosotros queramos, es mucho más complicado esto que simplemente aceptar unos dogmas preconcebidos, si no nos damos cuenta podemos caer en la mortal trampa de querer interpretar lo que ven nuestros ojos, pero esto es imposible ya que los trazos de este singular cuadro conforman un problema sin solución, es la pescadilla que se muerde la cola, alcanzaríamos un estado de lo que se denomina en psicología “indefensión aprendida”, hagas lo que hagas no hay solución porque la tarea carece de ella, la solución solo puede estar dentro de nuestra cabeza y además debemos de realizar el esfuerzo de creernosla, o sino nos la creemos al menos ser conscientes de que nos ayuda a ser felices porque es útil para nosotros y para la gente que nos rodea.
Vivimos para cumplir nuestros sueños, y cuando estos estan cumplidos, vivimos para soñar nuevos sueños que cumplir. Al final todo se reduce a lo mismo, y lo único que nos queda es la resignación o la aceptación, para mi estos dos términos son sinónimos salvo por las connotaciones de índole subjetivo que vienen amarradas a ellos.
Quizás el estado optimo existencial, la satisfacción plena, lo que llamaríamos autorrealización consista en llegar a un estado en el cual hemos encontrado una serie de problemas que nos gustan y sabemos resolver, tarea similar a la que desempeña una persona al solucionar en su revista favorita los crucigramas de la sección de pasatiempos, pero porque rellenar crucigramas no consigue llenarnos completamente… siguiendo con el ejemplo, pongamos que estas seguro de que se te da bien rellenar crucigramas, lo haces mejor que mucha gente, aunque también sabes que no eres el mejor, lo has aceptado, además, por cada palabra que contestas te pagan una determinada suma de dinero, y no sólo eso, el 50% del dinero que ganas es invertido en mejorar las condiciones sociales de otras personas, sobretodo si esas personas forman parte de un entorno cercano (estoy seguro que una persona que decidiese quedarse con el 100% de los ingresos no sería un persona realmente autorrealizada, creo que para aspirar a esto hay que desempeñar al menos algún tipo de labor social) ;
Cumpliéndose todos estos requisitos me atrevería a afirmar que la sencilla tarea de rellenar crucigramas podría ser uno de los trabajos más gratificantes del mundo.
En definitiva, somos algo, más bien poco, muy poco, pero para algunas personas somos mucho y con eso debería de bastar, he de reconocer que a veces duele descubrir que para personas que eras todo ya no eres casi nada y pierdes la fe en el para que sirve ser algo para alguien si realmente es algo efímero, pero aun siendo poco y a veces nada o casi nada, mientras nosotros seamos capaces de aceptar nuestro mundo, entornar de distinta forma los ojos para mirar una vez más el cuadro de la vida y ser felices con ello, merece la pena el estar vivo y más sabiendo que tenemos toda una eternidad por delante y por detrás de nosotros para disfrutar de la muerte.