Cierro los ojos,
Abro los pulmones,
Los abro más,
Se elevan los hombros,
Mente en blanco,
Se vacían los pulmones y el alma sigue al viento…
Mi inocencia la guarde en un frasco pequeño, por allá al
cumplir los 21. Los buenos haceres, los quereres, la confianza ciega, arrojados
al mar en búsqueda de una lejana playa, a salvo de manos que no las pudieran ya
malversar. Por este mar flotan a la deriva los sentimientos de otros hombres,
que desde la costa catalejo en mano, se buscan así mismos pero sin verse los
unos a los otros, sin tocarse, corriendo al azar a lanzar por la borda todo
aquello que hace que la vida merezca la pena.
En el mundo de los locos, un velero azul celeste y de cristal cruza el mar de los sueños.
En el mundo de los locos, un velero azul celeste y de cristal cruza el mar de los sueños.
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