Con los ojos vidriosos,
como un pez sobre agua sólida y fría,
la muerte ganó batalla a la vida en la pescadería.
Y en aquellos ojos acuosos deshilachados,
que ya nada alcanzan a ver,
tinieblas se retuercen,
y vaho empaña el
limbo,
así,
entre restos de sangre, cabezas de gamba y colas de pez,
poéticamente,
se abrió paso el arte sin saber porque.
alexis pérez bellido
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